Hasta que todos podamos ser padres de un perro en casa, lo mejor es trabajar para una empresa que acepte perros. Y empezar un nuevo trabajo puede ser realmente angustioso para su cachorro. ¿Qué pensarán sus nuevos compañeros de la decoración de su cubículo? ¿Dejarán de acariciarlo para que pueda trabajar? ¿Les gustará su pañuelo? Lo entendemos: llevar a su perro al trabajo puede ser complicado al principio. Así que, tanto si necesitas ayuda para tu perro, como para tu futuro lugar de trabajo, o para el tipo cuyo perro no para de echarse la siesta en la mesa de conferencias, aquí tienes nuestros consejos para que la convivencia con tu perro sea la mejor experiencia para todos los implicados.
Sigue las normas. La oficina no es el lugar adecuado para que tu cachorro dé rienda suelta a su rebeldía sin motivo. Después de obtener el visto bueno de RR.HH., siga las directrices establecidas por las autoridades de su lugar de trabajo para garantizar que todo el mundo tenga una experiencia positiva. La gran mayoría de los lugares de trabajo prefieren que el perro vaya atado o que se mantenga dentro de la zona, así que considera la posibilidad de colocar una puerta u otro tipo de separación. No tiene por qué deambular por todo el lugar entablando conversaciones como si fuera Phil de contabilidad o algo así.
Comuníquese. ¡¿Un perro sorpresa?! A nosotros nos parece estupendo, la verdad, pero no todo el mundo piensa lo mismo. Asegúrate de colaborar con los padres que no tienen perro sobre lo que les parece bien para que todos se sientan cómodos. Informa a los visitantes de que el espacio es apto para perros y pregúntales si tienen alguna alergia o inquietud. Avisa a tus compañeros con antelación para que a nadie le pille desprevenido. Y luego envíales un mensaje todo el día con fotos de tu cachorro sentado en tu mesa como si fuera una persona.
Las presentaciones lentas son la clave. A mucha gente le va a encantar que tu perro esté ahí. Muy, muy emocionados. Pero la experiencia de empezar un nuevo trabajo puede ser bastante abrumadora para tu perro. "Todo el mundo suele alegrarse mucho de ver a un nuevo amigo peludo en la oficina, pero eso puede asustar o causar demasiada excitación a tu cachorro ", dice Crystal Rosales, jefa del equipo de Experiencia Comunitaria de Threadless. Así que tómatelo con calma, ve despacio, establece límites, dale recompensas y tómate muchos descansos para estirarte y relajarte.
Usa el sentido común en los días de máxima tensión. Sí, sabemos que el día de la gran reunión con un cliente es muy estresante y que un perro sería de gran ayuda. Pero puede que no sea apropiado que te acompañe en los días más importantes, así que deja que se relaje en el sofá. Déjale un KONG congelado y no se enfadará.
Lleva productos de limpieza. Seguro que la mayoría de las oficinas tienen productos de limpieza, pero ¿están pensados para el pis y la caca? Ya sabes lo que dicen: todo es diversión y juegos hasta que alguien vomita en un zapato. Y no querrás que te pillen sin limpiador de alfombras ni toallitas de papel. Mejor coge también toallitas para las patas. Y una pequeña escoba. Y como 4 rodillos de pelusa.
Que sea legal. No es por ser tu madre ni nada de eso, pero si vas a tener un perro en la oficina, deberías organizarte y asegurarte de que tienes todos los registros veterinarios a mano. Asegúrate también de que tu amigo está al día con los antiparasitarios contra pulgas, garrapatas y parásitos del corazón antes de ir a la oficina.
Sea sincero sobre las expectativas de comportamiento. Aunque tu perro sea perfecto en casa, la oficina puede sacar su lado malo, que a su vez puede sacar el lado malo de los compañeros, lo que es una putada para todos. "Hay que ser franco sobre qué comportamientos no son aceptables en la oficina", dice Rosales. "Es bastante incómodo tener la conversación después de que ocurra un incidente".
Trae juguetes enriquecedores. A veces incluso la gente se aburre en el trabajo. Un Lickimat de mantequilla de nuez hace que la jornada laboral pase mucho más rápido. Ayude a su perro a divertirse con juguetes que hagan participar a su cerebro y lo mantengan ocupado durante todo el día. O al menos que *parezca* que está ocupada (no es que lo hayamos hecho nunca).
El espacio a prueba de cachorros. Vamos a echar una por nuestras viejas necesidades que, evidentemente, eran demasiado deliciosas para esta tierra. Hemos perdido muchos cargadores buenos, eso seguro. De todos modos, no necesitamos a nadie royendo una regleta. Tómate tu tiempo y retira los objetos apetitosos que puedan atraer a tus colegas de cuatro patas.
Acompáñalo. Por muy educado que sea tu ángel perfecto, no dejes a tu perro desatendido. En tu ausencia, podría sentirse obligado a hacer varias gamberradas y armar jaleo. Únete a un colega con patas si necesitas ir al baño o salir. Agradéceselo después con una foto enmarcada de su compañero de oficina favorito.
(Foto de Drew Hays en Unsplash)